Hermandad de San Esteban 

La Hermandad de San Esteban se une al rechazo de la nueva ley de eutanasia.

El Congreso de los diputados aprobó este pasado jueves 17 de diciembre el proyecto de Ley de Eutanasia, que recibió un respaldo mayoritario de la Cámara, pero que ha sido aprobada sin el consenso de los profesionales y la sociedad civil. Con esta ley, el Gobierno pretende acelerar su tramitación para que, tras su aprobación en la Cámara Baja, pase al Senado y pueda aprobarse definitivamente en los primeros meses de 2021. La norma despenaliza la ayuda médica para morir y detalla quién, cuándo y con qué requisitos podrá prestarse.
Esta es una nueva ley que crea una nueva controversia social, que enfrenta a los que están a favor o en contra y los que reclaman, que antes de su aprobación, se destinen más recursos económicos a cuidados paliativos.

Cuando no se puede CURAR, no finaliza el acto médico: en palabras de San Juan Pablo II, CURAR SI ES POSIBLE, CUIDAR SIEMPRE.
El Comité Nacional de Bioética, en su informe en el que rechaza por unanimidad la Ley de Eutanasia, insta a implementar una VERDADERA SOCIEDAD DEL CUIDADO, CON UNIVERSALIZACION DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS, así como a establecer protocolos claros de sedación paliativa cuando los síntomas o el sufrimiento se hacen refractarios.
El Papa Francisco nos propone la figura del BUEN SAMARITANO, que deja su camino para socorrer al hombre enfermo, respetando y promoviendo su dignidad y el valor supremo de su vida.

La Hermandad de San Esteban quiere sumarse al rechazo a la tramitación de esta ley que, en palabras del referido Comité Nacional de Bioética, supone “iniciar un camino de desvalor de la protección de la vida humana cuyas fronteras son harto difíciles de prever” y “un retroceso de la civilización”, configurando un “derecho a morir” ética y legalmente inexistente.
Los poderes públicos deben garantizar el pleno ejercicio de los derechos del enfermo actualmente existentes, el Estado tiene la obligación de defender al más débil.

La auténtica eutanasia o muerte dulce debería ser la que permita al enfermo morir dignamente, aliviando su dolor, su angustia y su soledad con la cooperación del personal sanitario, su familia y su entorno. La eutanasia no debe ser un modo de librar a la sociedad de personas molestas y costosas, ni un modo de evitar que el Estado gaste dinero en cuidados paliativos y asistencia domiciliaria.

Al paciente en situación terminal con dolor físico y sufrimiento psíquico y espiritual, pues en vez de atenderlo, acompañarlo y ofrecerle cuidados paliativos se opta por acabar con su vida. La experiencia demuestra que, cuando un enfermo que sufre pide la muerte, en el fondo está pidiendo que le alivien los padecimientos, tanto los físicos como los morales. Cuando recibe alivio en dolor, atención médica, compañía, afecto y consuelo la experiencia muestra que deja de solicitar que pongan fin a su vida. La experiencia dice que EL ACCESO A LOS CUIDADOS PALIATIVOS DISMINUYE DRÁSTICAMENTE LAS PETICIONES DE ADELANTAR LA MUERTE. CONSIDERACIONES DESDE EL PENSAMIENTO CRISTIANO LA VIDA TIENE SENTIDO Y VALOR EN SI MISMA, NO EN SU “UTILIDAD”.

En esta situación son victimas también las familias a quienes se les promete la liberación y los médicos cuyo juramento hipocrático consagra: “jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo”. Ademas los colectivos médicos se han manifestado en contra de esta práctica. La sociedad se convierte en víctima, ya que se le intenta maquillar este crimen revistiéndolo de derecho, libertad y dignidad.

EUTANASIA NO ES IGUAL A MUERTE DIGNA. La eutanasia es una más de las opciones disponibles, pero para realizar una elección en libertad, debemos tener todas las demás opciones disponibles. De lo contrario será una elección condicionada por LA AUSENCIA DE ALTERNATIVAS ante el sufrimiento y la desesperanza. Actualmente en España, los cuidados paliativos BÁSICOS son difíciles de atender desde una Atención Primaria desbordada, y los cuidados paliativos AVANZADOS no llegan ni a la mitad de los pacientes con necesidades complejas que los precisan.

Por tanto, desde la Hermandad de San Esteban, expresamos nuestro total rechazo a esta ley.

En Sevilla a 20 de diciembre de 2020

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